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Los biocarburantes y British Airways.


Este año debería entrar en funcionamiento en Londres una ambiciosa instalación promovida por British Airways que producirá carburantes para la aviación, electricidad y nafta a partir de residuos orgánicos. Así lo reflejaba la compañía aérea en una nota de prensa de 2010, pero un comunicado actual traslada la puesta en marcha a 2017. La nota vuelve a vender los parabienes de la planta, que son variados, pero no dice nada del porqué del nuevo plazo de ejecución. Es una muestra del retraso en el desarrollo comercial de los biocarburantes de segunda generación.

Ahora, la aerolínea británica presenta la noticia con casi los mismos datos básicos: convertir 575.000 toneladas de residuos orgánicos en 120.000 toneladas de biocarburante para aviones comerciales con la tecnología de conversión de gas de síntesis a hidrocarburo líquido de Solena Fuels y empleando a unos 1.200 trabajadores. La gran diferencia es que entonces se informó que el primer litro de este bioqueroseno estaría listo para 2014 y ahora trasladan la fecha a 2017.

“Prevemos iniciar la construcción en aproximadamente doce meses, tras obtener todos los permisos y acuerdos necesarios”, reconocen ahora. Una de las únicas novedades es la precisión del lugar de ubicación de la planta, denominada GreenSky London: el Parque Empresarial Támesis, en los terrenos de la antigua refinería Coryton en Thurrock, Essex. “El sitio cuenta con excelentes conexiones de transporte y cuenta con instalaciones de almacenamiento de combustible”, añade en la nota actual British Airways. También precisa que “se contratará a un millar de trabajadores para su construcción, que está previsto que se complete en 2017”. A partir de entonces se crearán 150 empleos permanentes.

Según la compañía aérea, esta se compromete a la compra anual de 50.000 toneladas de combustible fabricado a partir de residuos orgánicos procedentes del post-reciclado y que “normalmente se destinan a vertederos o a la incineración”. Desde Solena confirman que su tecnología combinada de syngas y Fischer-Tropsch permitirá no solo producir combustible para la aviación, sino también electricidad y otros bioproductos dentro del concepto de biorrefinería. Además, incluyen el bioqueroseno en la categoría de biocarburante drop-in, al ser apto para inyectarlo en cualquier motor o infraestructura que trabaje con hidrocarburos fósiles.

La demora en la construcción y puesta en funcionamiento de la ahora llamada GreenSky London es algo inherente a muchas plantas de biocarburantes de segunda generación, aquellos que utilizan tanto cultivos no alimentarios como residuos orgánicos. El único caso notable de planta a gran escala puesto recientemente en marcha es el de Beta Renewables en Crescentino (Italia), de la  que saldrán 75 millones de litros al año elaborados a partir de residuos agrícolas y cultivos energéticos de caña. Mayor capacidad tendrá la de Abengoa en Hugoton (Kansas, Estados Unidos), que espera su puesta en marcha para este verano y su funcionamiento a pleno rendimiento para finales de año. En este caso también se hizo una previsión de inauguración para el pasado 2013.

Fuente:energias-renovables.com