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El G-7 se compromete a un mundo sin combustibles fosiles en este siglo

Eclipsada por crisis que demandan soluciones urgentes, como la de Grecia o la del este de Ucrania, la cumbre del G-7 celebrada en el sur de Alemania el domingo y el lunes incluye un compromiso que, de cumplirse, tendrá efectos durante las próximas décadas. Los siete países industrializados quieren erradicar los combustibles fósiles a lo largo de este siglo. Los líderes políticos concluyeron que, de acuerdo con las advertencias de los científicos, hace falta emprender importantes recortes en las emisiones globales.

El texto aprobado ayer en el palacio de Elmau supone un paso importante que incrementa las posibilidades de éxito de la Cumbre del Clima que tendrá lugar en París en diciembre.

El G-7 también se comprometió a tomar las medidas necesarias para que el calentamiento global no supere los dos grados centígrados respecto a los niveles preindustriales. El presidente francés, François Hollande, destacó el mensaje que con este compromiso manda el G-7 a la comunidad internacional ante la cita de París.

El acuerdo cerrado por los líderes de EE UU, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y Canadá supone un éxito para la anfitriona de la reunión, la canciller Angela Merkel. Colectivos ecologistas habían mostrado en los últimos días su temor a que Japón y Canadá rebajaran el acuerdo de los siete jefes de Estado o de Gobierno.

Otro acuerdo que sale de esta reunión celebrada en las montañas de Baviera incluye el compromiso de los firmantes para llegar a 2050 con unos niveles de emisiones que oscilen en torno entre el 40% y el 70% de los niveles que tenían en 2010. Consciente de que esta horquilla es demasiado amplia, Merkel aseguró que los recortes tendrán que estar en la franja más alta, ya que está claro que un 40% no es suficiente.

La Comisión Europea presentó en enero de 2014 sus objetivos de emisiones para 2030. Más tarde, los Veintiocho confirmarían este compromiso de dejarlos en 40% respecto al nivel de 1990, con un porcentaje de renovables de al menos el 27%. Este es un ritmo mucho más ambicioso que el de otras potencias mundiales (China y Estados Unidos), pero fue también criticado por las ONG ecologistas por demasiado conservador.

El reto ahora ante la cumbre de París es si el resto de países (y muy especialmente China) querrán sumarse a esta apuesta.

Los siete países también han indicado su disposición a aumentar sus contribuciones al Fondo Verde del Clima, un instrumento aprobado en 2009 para ayudar financieramente a los países en vías de desarrollo más afectados por los efectos del calentamiento global. El mecanismo debe estar dotado con 100.000 millones de dólares al año a partir de 2020, pero por el momento los compromisos anunciados no alcanzan esa cantidad. Merkel considera que los compromisos del G-7 animarían a muchos países emergentes a realizar sus propios compromisos nacionales de reducción de emisiones de CO2 para la Cumbre del Clima de París.