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Marchando una de etanol de restos de pan y pasteles desde Suecia

La Comisión Europea, a través del programa LIFE+, ha aportado 1,7 millones de euros a los más de 4,5 millones que ha costado la planta de bioetanol actualmente en funcionamiento en Gotemburgo. La instalación está totalmente integrada en la refinería que St1 tiene en esta ciudad sueca, con lo que aprovechará la logística de la misma, y tiene una capacidad de producción anual de cinco millones de litros. Etanolix, Bionolix y Cellunolix son algunas de las patentes que ha desarrollado St1 Biofuels para la conversión de diversos residuos orgánicos en biocarburantes en plantas de Finlandia.

La pequeña planta asociada al proyecto Etanolix 2.0 procesa residuos de industrias y comercios alimentarios, principalmente de panaderías y reposterías locales, entre los que destaca el pan que sobra y ya no se pone a la venta. El desarrollo empresarial y tecnológico se ha llevado a cabo gracias a la incorporación a la iniciativa de North European BioTech (NEB), una empresa surgida de la unión de la propia St1 y SOK Corporation.

La nota de prensa de St1 añade que la capacidad de producción de la planta será asumida por North European Oil Trade (NEOT), una de las comercializadoras de venta al por mayor de derivados del petróleo y de biocarburantes más importantes de Europa. Cerca de 1.500 estaciones de servicio de Finlandia, Suecia y Noruega reciben el suministro de NEOT, que no es la primera vez que llega a acuerdos de compra con productores de biocarburantes. Otra compañía finlandesa del sector de la segunda generación, UPM, alcanzó otro acuerdo para la distribución de su hidrobiodiésel.