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Fertilizantes que rentabilizan a la vez plantas de biogas y cultivos de maiz

Se han logrado producir a un precio competitivo fertilizantes a partir de la fracción líquida de digerido de plantas de biogás, y se han conseguido resultados óptimos en las pruebas realizadas en cultivos de maíz. Esta síntesis de los logros del proyecto Digesmart conlleva que se alcance también su primer objetivo: reducir el consumo de combustibles fósiles y la huella de carbono asociados a los fertilizantes artificiales. Ainia da a conocer así las conclusiones de Digesmart y avanza en la optimización de plantas de biogás a través del digerido, algo cada vez más presente en la industria española.

Ainia Centro Tecnológico es uno de los cinco socios que forman parte del proyecto europeo Digesmart, acrónimo de Digestate from Manure Recycling Techologies. En el encuentro de trabajo que tuvo lugar el miércoles en la sede de Ainia en Paterna se concluyó que se ha logrado la recuperación de nutrientes del digerido de plantas de biogás para obtener fertilizantes a un precio competitivo gracias al desarrollo de una innovación tecnológica en el proceso de digestión anaerobia.   

La consecución de este objetivo, planteado desde sus inicios, ha tenido como referente la planta demostrativa construida en Gante (Bélgica). En esta instalación se ha desarrollado un proceso de stripping (sistema para aprovechar al máximo los componentes nitrogenados de la fracción líquida del digerido) y absorción posterior que permite la producción de nitrato amónico en forma líquida a partir de la fracción líquida del digerido de plantas de biogás agroindustrial.

El nitrato amónico ha alcanzado resultados óptimos en las pruebas realizadas en cultivos de maíz, entre otros, señalan desde Ainia, con rendimientos similares, en cuanto a producción de cultivos y residuos de nitratos, a los obtenidos en producciones tratadas con fertilizantes artificiales. 

Con Digesmart, afirman, se mejora la valorización de los efluentes de la digestión anaerobia (digerido), se minimiza, en volumen, la aplicación de digerido y se valorizan económicamente los nutrientes (nitrógeno, fósforo y potasio, entre otros). Con este proceso es posible reducir el consumo de combustibles fósiles y la huella de carbono asociada a los fertilizantes artificiales o de síntesis química, apostillan en Ainia.

La Universidad de Turín, uno de los socios del proyecto, calcula que el ahorro anual en la distribución del digerido para una instalación de biogás que cuenta con 380 hectáreas de terreno para aplicarlo podría llegar a los 90.000 euros. Se destaca también que esta innovación afecta positivamente a las plantas de biogás al requerir de menor espacio y costes de almacenamiento del digerido, una reducción de los costes para su tratamiento y, en algunos países, ingresos adicionales por el aprovechamiento del calor obtenido para su acondicionamiento.

En España son varios los proyectos empresariales y de investigación que compatibilizan y optimizan la producción de biogás con el fertilizante obtenido del digerido. En el campo de la investigación, el Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario (Neiker-Tecnalia) presentó a finales de 2014 una planta piloto que produce una amplia gama de fertilizantes de alta calidad en diferentes formatos. Algunos de ellos pueden conseguir una producción equivalente a la convencional, pero con dosis casi diez veces menores. 

Los proyectos LIFE+Valporc y Sostrice, en el que también participa Ainia, y una de las iniciativas empresariales con más recorrido, la del Grupo San Román, en Requena (Valencia), son igualmente ejemplos de la valorización como fertilizantes de los digeridos de las plantas de biogás en nuestro país.