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La eolica abaratara sus costes hasta un 30% en los proximos 15 años

Lo dice el Laboratorio Berkeley, que acaba de publicar un estudio-encuesta según el cual efectivamente los costes de la instalación de potencia eólica van a caer entre un 24 y un 30% en los próximos quince años y hasta un 41% en el Horizonte 2050. El Berkeley Lab vislumbra en su estudio una importante reducción de costes en el ítem turbinas (que prevé serán cada vez más potentes y eficientes) y así mismo en los costes de operación de los parques eólicos.

El informe del Laboratorio Berkeley ha sido dirigido por Ryan Wiser, experimentado científico de esta institución. Asimismo, han contribuido a la ejecución del informe otros investigadores del propio Berkeley Lab y científicos del Laboratorio Nacional de las Energías Renovables (National Renewable Energy Laboratory, NREL), de la Universidad de Massachussets y del Grupo de Trabajo número 26 de la Agencia Internacional de la Energía (Wind Technology Collaboration PRogramme). El estudio hace balance de 163 encuestas contestadas por otros tantos expertos en la materia. El Berkeley Lab planteó a todos ellos cuestiones sobre la reducción de costes en eólica terrestre, en eólica marina anclada al lecho y en eólica marina sobre plataformas flotantes.

Según el estudio, en un escenario medio, las reducciones del coste nivelado de la energía serán de entre el 24 y el 30% de aquí a 2030 y de entre el 35 y el 41% de aquí a 2050. Como era de prever, los expertos han coincidido en señalar que la eólica terrestre continuará siendo más barata que la marina, y que, dentro de la marina, seguirá siendo más barata la fijada al lecho que la eólica sobre plataforma flotante. Lo que también era previsible (y asimismo se ha confirmado) es que la reducción de costes en eólica marina (siempre según los expertos) es potencialmente superior a la reducción de costes en eólica terrestre. Más aún: la reducción de costes en marina flotante es potencialmente superior a la reducción en marina anclada. El Berkeley Lab matiza no obstante: hay más incertidumbre en lo que se refiere a la reducción de Costes de la Eólica Marina (más incertidumbre en comparación con la eólica terrestre) y, por otro lado, la diferencia entre el coste de la eólica marina y el de la terrestre va a ser cada vez menor.

El informe del Laboratorio Berkeley asegura por lo demás que, según las predicciones de los expertos consultados, el porcentaje de reducción de costes puede incrementarse hasta un 10% sobre el escenario medio (diez puntos más del 40% en el Horizonte 2030 y diez puntos más del 50% en el Horizonte 2050) si nos situamos en un escenario de gran crecimiento del mercado y políticas agresivas de I+D: dos factores clave que podrían conducir a un escenario de coste bajo (low cost scenario). El Berkeley Lab señala cinco componentes clave que considera impactan de manera trascendente en el coste de la energía: el gasto que realiza la empresa en bienes de equipo (grosso modo CapEx), los costes de operación (grosso modo OpEx), el coste de financiación (WACC), el factor de capacidad o de desempeño (performance) y la vida útil del proyecto. Los expertos consultados por el Berkeley Lab señalan que van a continuar bajando los costes de financiación, los relativos a la inversión inicial y los de operación y mantenimiento.

Según el informe del Berkeley Lab, un cambio clave va a ser el del tamaño de las turbinas. En lo que se refiere a la eólica terrestre, la media en el Horizonte 2030 se situará en los 3,25 megavatios de potencia, aerogeneradores con un diámetro de rotor de 135 metros y una altura al buje de 115 metros. Las turbinas marinas ancladas al lecho oceánico serán más grandes aún. La media -prevé el Laboratorio Berkeley- rondará los once megavatios (11 MW). La encuesta ha sido ejecutada bajo el auspicio del Programa de Colaboración Tecnológica Eólica de la Agencia Internacional de la Energía (ieawind.org). Fundado en 1931, el Berkeley Lab ha sido reconocido con trece premios Nobel hasta el día de hoy. La Universidad de California dirige el Berkeley Lab para la Oficina de Ciencia del Departamento de Energía de los Estados Unidos (US Department of Energy’s Office of Science). Esta Oficina es el agente más importante de impulso de la investigación básica en ciencias físicas de los Estados Unidos.